Boris Blacher

Compositor

En una época en la que la cada vez más “arianizada” vida musical alemana ya no se encontraba excesivamente bendecida con compositores jóvenes de gran talento, un graduado de 34 años de la Escuela Superior de Música de Berlín empezó a ocupar titulares: el 6 de diciembre de 1937, Carl Schuricht dio a conocer en un concierto especial de los Berliner Philharmoniker la [Música concertante] del absolutamente desconocido Boris Blacher – y lo hizo en realidad en dos ocasiones, porque la primera vez hubo algunas imprecisiones sonoras. En los periódicos se leyó que la obra hubo de repetirse debido al inmenso éxito alcanzado, lo que equivalía a una sensación: un malentendido más que bienvenido para el joven compositor.

Boris Blacher nació en 1903 en Niuzhuang y pasó su juventud junto al mar Amarillo y en Harbin (Manchuria), trabajando como iluminador en la Ópera de Irkutsk. Como hijo de un director de banco originario de la ciudad báltica de Reval (Tallin), Blacher cambió con frecuencia de lugar de residencia, motivo por el cual estudió en colegios ingleses, alemanes, italianos y rusos. También hablaba, naturalmente, chino con los empleados que trabajaban para sus padres. En 1922 Blacher se trasladó a Berlín, donde, para dar gusto a su padre, inició sus estudios de arquitectura y matemáticas. Pero su verdadera pasión era, y siguió siendo, la música: ya siendo un adolescente había recibido clases de violín, teoría de la música y armonía. Blacher pasó a ser alumno de composición de Friedrich Ernst Koch y estudió musicología con Friedrich Blume, Arnold Schering y Moritz von Hornbostel. Se ganó la vida realizando arreglos de música de baile hasta que conoció el éxito con el ya mencionado estreno de su [Música concertante]. La música de Blacher no volvió a sonar en conciertos públicos hasta el otoño de 1945, la «hora cero». Fue nombrado director de la Escuela Superior de Música de Berlín y, además de llevar a cabo otras actividades pedagógicas en Salzburgo y Tanglewood, dirigió el estudio de electrónica de la Universidad Técnica de Berlín. En 1956, Blacher fue elegido vicepresidente, y doce años más tarde, presidente de la Academia de las Artes: sucedía en el puesto a Hans Scharoun, cuyo proyecto para la Philharmonie había respaldado por aquel entonces como miembro del jurado. Cuando Blacher murió en Berlín dos semanas después de su 72º cumpleaños, era una de las personalidades más respetadas de la vida pública.

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