Wilhelm Furtwängler
Director Titular 1922–1934 y 1952–1954
«Las profundas contradicciones de este músico formidable», afirmó Michael Gielen en 1996, «siguen convirtiendo su figura para mí hasta hoy en un misterio». De quien se habla es de Wilhelm Furtwängler, cuya técnica única de marcar era legendaria y exigía de los miembros de la orquesta la máxima atención y una gran responsabilidad personal. En 1922, a la edad de tan solo treinta y seis años, se convirtió en el Director Titular de los Berliner Philharmoniker, a los que ayudó a incrementar cada vez más su renombre, hasta que en 1934, después de que Hitler y Göring le prohibieran dirigir el estreno de la ópera de Hindemith Mathis der Maler (Matías el pintor), dimitió de su puesto por «razones políticas».
Wilhelm Furtwängler recibió muy pronto una sólida formación musical, con profesores como Anton Beer-Walbrunn, Josef Rheinberger y Max von Schillings, entre otros. A los diecisiete años ya había compuesto varias sonatas, tríos y cuartetos de cuerda, así como una Sinfonía en Re mayor, que se estrenó en 1904 en Breslau. Tras la temprana muerte de su padre, el compositor en ciernes se decidió por una carrera como director y trabajó en Múnich, Breslau y Zúrich como pianista repetidor y director de coro. Hans Pfitzner lo contrató como tercer director musical en la Ópera de Estrasburgo, antes de que en 1915 fuera nombrado Director Musical en Mannheim. En 1920, Furtwängler sucedió a Richard Strauss al frente de los conciertos sinfónicos de la Ópera de Berlín y tuvo tanto éxito que se le ofreció ser el sucesor de Arthur Nikisch como máximo responsable de la Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig y de los Berliner Philharmoniker. En 1931, Furtwängler se hizo cargo, en igualdad de condiciones con Arturo Toscanini, de la dirección del Festival de Bayreuth y tres años más tarde ocupó además idéntico puesto en la Staatsoper Unter den Linden de Berlín. Tras la prohibición de interpretar Mathis der Maler, el director, que se definía como un artista apolítico, jamás perteneció al Partido Nacionalsocialista y ayudó a un gran número de músicos judíos, dimitió de su puesto de Director Titular de los Berliner Philharmoniker. Poco después volvió a dirigir conciertos a la orquesta, si bien ahora sin ocupar ningún cargo oficial. En su proceso de desnazificación –extremadamente controvertido–, Furtwängler defendió que había permanecido en Alemania para enfrentarse al totalitarismo, para proteger la música alemana y para influir en la política de los nazis y velar por los intereses de personas judías concretas y artistas antinacionalsocialistas. Con ello logró convencer al tribunal. En mayo de 1947 volvió a dirigir por primera vez a los Berliner Philharmoniker en un concierto público; en 1952, la orquesta lo nombró de nuevo su Director Titular, en esta ocasión de manera vitalicia. La opinión pública sobre la relación de Furtwängler con el régimen de Hitler sigue estando dividida hasta hoy.