Martha Argerich
Piano
La pianista de origen argentino Martha Argerich es desde hace varias décadas una figura excepcional en el mundo de la música clásica. Su técnica, en la que se combinan un poderío sin esfuerzo aparente y la capacidad de introducir matices incluso a un tempo vertiginoso, se ha comparado en numerosas ocasiones con la de su modelo, Vladimir Horowitz. Forma parte y a menudo ejerce de eje central de un círculo de músicos sobresalientes con los que actúa de forma regular, entre los que se encontraban y se encuentran los directores Claudio Abbado y Charles Dutoit, los pianistas Nelson Freire y Stephen Kovacevich, los violinistas Gidon Kremer y Renaud Capuçon, y el violonchelista Mischa Maisky. Desde su infancia conjunta en Buenos Aires, se sienta unida por una estrecha relación artística y de amistad con Daniel Barenboim, que actúa regularmente con ella como pianista y director de orquesta.
Argerich fue una aclamada niña prodigio y, tal como muestran las grabaciones, ya a los once años dominaba con facilidad el Concierto para piano de Robert Schumann. Sus primeros éxitos y premios en los concursos de Ginebra y Bolzano se vieron seguidos de una crisis artística. Esta llegó a su fin en 1964, cuando se convirtió en la primera mujer en obtener el primer premio del Concurso Internacional Chopin de Varsovia. Desde entonces, sus conciertos se tienen por acontecimientos legendarios y sus grabaciones no han dejado de sentar nuevos estándares. Desde hace muchos años, salvo muy contadas excepciones, Argerich ha renunciado a interpretar en público obras a solo. Se dedica, en cambio, a la interpretación de conciertos para piano y música de cámara. Festivales celebrados en Lugano, Japón y Hamburgo llevan o han llevado el nombre de la pianista. El centro de gravedad de su repertorio son el Clasicismo vienés, el Romanticismo y la música moderna en su primera etapa. El Concierto para piano de Schumann, el Tercero de Prokófiev y el Concierto en Sol mayor de Ravel son obras que difícilmente se asocian tanto con nadie como con «La Martha». La pianista ha actuado regularmente como artista invitada con los Berliner Philharmoniker desde 1968, y lo ha hecho con especial frecuencia bajo la dirección de Claudio Abbado.