Samuel Barber

Compositor

A Samuel Barber le preocupaba poco ir acorde con los tiempos: «Yo hago simplemente, como suele decirse, lo mío», explicó en una entrevista en 1971. Se refería a una música que se mantenía comprometida con la tonalidad y con el espíritu del posromanticismo – perfectamente elaborada desde el punto de vista artesanal y con una especial predilección por las melodías expresivas. Con ella Barber se convirtió muy pronto en uno de los compositores estadounidenses de mayor éxito del siglo XX.

Samuel Barber, que poseía unas grandes dotes musicales, empezó a componer a la edad de siete años. Siendo tan solo un adolescente fue organista de la West Chester Presbyterian Church y cuando aún estaba estudiando en el colegio fue admitido en el Curtis Institute of Music, donde estudió piano, composición, dirección de orquesta y canto hasta 1932. Sus obras le granjearon enseguida numerosos premios – además, en 1936 recibió por segunda vez una beca Pulitzer, algo que no había conseguido hasta ese momento ningún otro compositor. Esto hizo posible un viaje por Europa, así como una estancia en la Academia Estadounidense en Roma. Aquí completó Barber la [Sinfonía en un movimiento], la primera obra de un compositor estadounidense en ser interpretada en el Festival de Salzburgo. Aquí conoció Barber a Arturo Toscanini, que lo apoyó decididamente: por ejemplo, por medio de una emisión radiofónica nacional que él dirigía con la Orquesta Sinfónica de la National Broadcasting Company (NBC), que interpretó, entre otras obras, el famoso Adagio para cuerda. En 1939, Barber regresó al Curtis Institute como profesor de composición, pero tres años más tarde puso fin a su actividad pedagógica. De 1942 a 1945 estuvo destinado en las fuerzas aéreas, a las que también dedicó su Segunda Sinfonía ([Flight Symphony]). En esta época, junto con Gian Carlo Menotti, su compañero de vida durante muchos años, compró una casa en Mount Kisco (Nueva York), donde nacerían la mayoría de sus obras durante los treinta años siguientes. Barber recibió en dos ocasiones, en 1958 y 1962, el Premio Pulitzer por su ópera [Vanessa], que también se representó en Salzburgo, y por el Concierto para piano. Su ópera [Antony and Cleopatra], a partir de Shakespeare, que dirigió escénicamente Franco Zeffirelli, nació para la reinauguración de la Metropolitan Opera. Barber compuso muy poco en los últimos años de su vida. Murió el 23 de enero de 1981 a la edad de setenta años como consecuencia del cáncer que padecía.

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