George Gershwin

Compositor

George Gershwin vivió el sueño americano del «hombre hecho a sí mismo»: con sus comedias musicales ascendió desde el modesto entorno que lo vio nacer hasta convertirse en una aclamada estrella de Broadway. Ya en 1918 consiguió su primer gran éxito con la canción [Swanee]. Las obras de Gershwin, que encarnaron de manera ideal la imagen que los Estados Unidos tenían de sí mismos como el «modern way of life», se interpretaron también enseguida en las salas de concierto, sin que su compositor hubiera puesto un pie en un conservatorio.

George Gershwin nació en 1898 en el barrio de Brooklyn de Nueva York como el hijo de inmigrantes ruso-judíos. Siendo un niño oyó en una máquina de música la [Melodía en Fa] de Antón Rubinstein: «No puedo dejar de oír esta melodía sin verme en la calle 125, descalzo, con pantalones de algodón, y bebiendo esta música con avidez». Gershwin estaba entusiasmado. En el piano de un compañero de colegio intentaba imitar tocando lo que había cogido al vuelo en la calle. No fue hasta que tuvo doce años cuando sus padres le compraron un instrumento: aunque era, en realidad, para su hermano Ira, que más tarde se convirtió en su más estrecho colaborador como autor de los textos de sus canciones. No se sabe durante cuánto tiempo recibió Gershwin clases de piano y de teoría de la música. En mayo de 1914 renunció a los estudios que realizaba con poco entusiasmo en la High School of Commerce para pasar a ocupar un puesto como pianista que hacía demostraciones en la Jerome H. Remick & Company. La editorial tenía su sede en la parte de la calle 28 que se conocía con el nombre de Tin Pan Alley, que se había convertido por aquel entonces en el centro de la industria musical de entretenimiento. Gershwin cambió su trabajo por el de pianista de ensayos para el espectáculo de Broadway [Miss 1917], en el que estableció importantes contactos. Entretanto, sus propias canciones pasaron a tener cada vez más éxito. Su [Rhapsody in blue], que el director de banda Paul Whiteman había presentado hábilmente como un «experiment in modern music» le reportó un gran triunfo en su estreno en 1924 en el Aeolian Hall de Nueva York. Y el estreno de [Porgy and Bess] significó para Gershwin la irrupción definitiva como un compositor «clásico», tan solo dos años antes de que muriera con tan solo treinta y ocho años de un tumor cerebral diagnosticado demasiado tarde.

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