Franz Liszt

Compositor

Raras veces ha sido la biografía de la vida de un músico tan contradictoria como la de Franz Liszt. Unos celebran al compositor como un revolucionario del arte de los sonidos y al pianista como uno de los intérpretes de Beethoven más relevantes de su tiempo. Otros ven en él fundamentalmente al arreglista de populares paráfrasis de óperas y a un titán artístico del teclado, cuyas aptitudes compositivas quedaban muy por detrás de las pianísticas. Una cosa es segura: sus composiciones han venido disfrutando hasta hoy de una popularidad ininterrumpida en las salas de concierto.

Franz Liszt nació en 1811 en la entonces húngara (en la actualidad austríaca) localidad de Raiding en el seno de una familia germanófona y fue su padre quien le dio sus primeras clases de piano. En Viena fue alumno de Carl Czerny y Antonio Salieri, mientras que en París se convirtió de inmediato en el músico predilecto de los salones. Cuando, tras una gira de conciertos por Inglaterra en la que cosechó un gran éxito, el padre de Liszt murió inesperadamente en agosto de 1827, el muchacho, que tenía entonces dieciséis años, quedó sumido en una grave crisis. Sólo lentamente consiguió retomar su vida concertística. Un encuentro con el virtuoso del violín Niccolò Paganini se convirtió en una experiencia decisiva. Liszt emuló entonces la perfección técnica de Paganini en su instrumento y se convirtió en una superestrella celebrada internacionalmente. De resultas de ello revolucionó no sólo la técnica del piano y del uso del pedal en su tiempo, sino que creó también el formato de concierto que hoy resulta habitual en los recitales de piano. Anteriormente lo normal era ofrecer conciertos con diferentes combinaciones instrumentales. Liszt comenzó una relación sentimental con Marie d’Agoult, que estaba casada, lo que dio lugar a un gran escándalo social. En 1848 se despidió de la agitada vida de virtuoso. Durante trece años trabajó como director de música de la corte en Weimar, donde nacieron doce poemas sinfónicos. Le unió una estrecha amistad con Richard Wagner, que, sin embargo, se vio ensombrecida durante un tiempo por la relación que mantenía este último con Cosima, la hija de Liszt y, posteriormente, esposa de Wagner. En 1861, Liszt viajó a Roma, donde cuatro años más tarde recibió las órdenes menores y a partir de entonces se hizo llamar [abbé]: un giro decisivo hacia la religión que se refleja asimismo en sus composiciones de última época. Durante los años siguientes Liszt vivió alternativamente en Roma, Weimar y Budapest. En 1886 viajó a Bayreuth, donde Cosima era la responsable del festival. Liszt murió en esta última localidad como consecuencia de una neumonía. Fue enterrado en el cementerio municipal de Bayreuth.

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